Cuando hablamos de Amor (sí, con mayúscula), se nos vienen miles de ideas a las cabeza: gente suicidándose por Amor, corriendo de la mano al son de una canción romántica a través de una pradera de margaritas, en fin, usted ponga a prueba su imaginación.
Pero nunca pensamos en dinero; porque claro, una pareja nunca va a pensar en cuanto dinero lleva usted encima, o en la tarjeta de débito/crédito. Porque lo que buscamos en alguien no es su dinero, sino la persona y sus cualidades.
Pero, ¿qué pasa cuando dos personas acostumbradas a cosas diferentes se encuentran y se enamoran? Aquí nos cuestionamos todas las cosas. Sobretodo si es usted el que tiene mucho dinero y el otro nada. ¿Debo invitarlo yo? ¿Se sentirá mal si lo invito? ¿Le podré herir el ego/orgullo? ¿Me querrá por mi dinero o por quién soy?
De todas las preguntas anteriores, la última es la que más acompleja, puesto que marca una delgada línea entre "te quiero y gracias por invitarme" y "debes invitarme, porque yo no tengo niuno".
Por otra parte, está la forma en la que usted obtiene dinero: si es traficante, sáltese este párrafo. Si no es traficante, probablemente usted se saca la cresta trabajando (así le gusta decir) o proviene de una familia con dinero y levantando el teléfono llegará a usted la ayuda económica necesaria (quizás no tan así, pero nunca lo van a dejar sin comer); por lo que pretende que la otra persona trabaje o valore el esfuerzo que usted hace invitándole. En el segundo caso, el componente familiar va a pesar más de lo que usted se imagina. Porque claro, sus padres le mantienen y quieren que este con alguien que le va a aportar y no a "quitar", por más que usted se sienta feliz de invitar cuantas veces quiera a la otra persona. Me centro en este punto, puesto que soy una mantenida y me ha tocado estar en esta situación más de alguna vez; lo que mis padres piensan de mis parejas, para mi es muy importante y, si usted ha estado en esta situación, lo debe ser también. Por lo que, ¿dejamos pasar por alto toda situación desfavorable y continuamos con la relación, a pesar de lo que nuestros padres puedan decir? ¿Informamos a la posible pareja de lo que pasa en nuestro pequeño mundo, con la consiguiente posibilidad de que te manden a la chucha por "clasista"? ¿O simplemente dejamos ir al deseado/a en cuestión sin esgrimir argumentos, más que el clásico "no eres tu, soy yo"?
No hay respuesta correcta, porque cada una de ellas trae aparejada consigo un montón de dudas y sufrimientos sui generis.
Bueno, respondiendo la pregunta de la "columna" ¿Es cuestión de capital? Probablemente, si, pero todo va a depender de como usted se sienta con la persona que está y que, al final del día, no le importe compartir un pan con lisa o sopaipillas del carrito del frente, puesto que estás con la persona que quieres y no por su billetera.
**Columna no en el sentido estricto**
Se imprime.